Con casi siete meses de atraso internet me ha traído
una muy tiste noticia.
El primero de enero de este 2014 se publicó en el diario
digital ElNaviero.com de las Navas del Marqués, España, la muerte de José María
Amigo Zamorano, personaje de una enorme calidad humana.
José María Amigo Zamorano y yo nos encontramos gracias
al internet y sólo supimos uno de otro a través de nuestras letras, las mías
mucho más pequeñas que las suyas. Nos hicimos amigos. El primer contacto lo
tuve leyendo uno de sus blogs, titulado “Africano” ( senocri.blogcindario.com)
y luego leyendo otros, tales como Iswe Letu (isweletu.blogspot.com).
Sus escritos me gustaron mucho. Compartía sus puntos
de vista. Sus opiniones o razonamientos me orientaban o reforzaban mis ideas.
Me hice asiduo a sus blogs y a comentar en ellos. Como es sabido, en mis
comentarios aparecía la dirección de los blogs en los que por aquel entonces
escribía yo también con regularidad, éste en que ahora publico y otro en blogcindario.com. Con gran generosidad José María empezó también a comentar en mis
dos blogs, llegando a convertirse en prácticamente en el único lector de ambos.
En el 2012, por circunstancias diferentes, dejamos de
escribir ambos con asiduidad en los blogs citados. En algún momento él me comentó,
vía internet (posiblemente en algún correo o tal vez en algún comentario dentro
de algún blog) que su colaboración con el movimiento de los indignados en
España estaba haciendo que dejara de escribir en las
páginas que antes mantenía.
De vez en cuando yo volvía a entrar a los blogs de
José María con la esperanza de encontrar al viejo amigo. Finalmente hoy mismo
decidí encontrar una pista del entrañable camarada a través de un buscador. Fue
entonces cuando leí la noticia de su fallecimiento, consignada en el diario
digital ya nombrado gracias a su gran valía como persona, como escritor, como
maestro, como impulsor de proyectos populares y como amigo de muchos aunque no
los conociera, como es mi caso.
Sé que él leería estas letras y tal vez sonreiría
condescendiendo con mi emoción. Ahora sospecho que nadie leerá lo que escribo
en estos blogs, pero es un deber conmigo mismo publicar estas letras.
Un abrazo a tu memoria, estimadísimo camarada. Seguro que muchos te tendrán
vivo en sus recuerdos.
Las líneas se quedan para que algún día alguien las pueda leer y las agradezca porque son muestras de cariňo y deferencia hacia la persona de mi padre. Un abrazo de parte de su hijo Joseba Amigo.
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